Esta maravillosa bebida les ayudará diariamente a alcalinizar el cuerpo y a desinflamarlo. Es muy importante que nuestro organismo esté ligeramente alcalino y menos ácido, porque la acidez desencadena problemas estomacales y cutáneos, además este jugo es una excelente manera de empezar el día y tu piel, pelo y cuerpo se los van a agradecer. ¡Inténtelo!

Ingredientes

• 2 hojas de lechuga escarola
• 3 hojas de acelga
• ¼ de pepino
• ¼ de nopal
• 1 manojo de cilantro o perejil (también puede ir al gusto)
• 1 manzana verde o 1 naranja

Todo a la licuadora o al extractor y si quieren, agreguen el jugo de un limón ¡quedará delicioso!

Las manchas oscuras debajo de las axilas puede ser el resultado de una mala limpieza, sudor, células muertas, herencia o la fricción causada por diferentes tipos de ropa. En algunas personas puede ser por enfermedades como diabetes o desorden hormonal. Aquí algunas recetas:

Papa
La papa es un ingrediente muy utilizado para blanquear la piel y es apto para piel sensible ya que no irita. Para hacer esta receta frota una rebanada de papa sobre la axila limpia. Hazlo por aproximadamente 15 minutos para que su jugo actúe y lava. Se repite todos los día hasta ver resultados.

Limón
El jugo del limón es un astringente natural lleno de antioxidantes. Además, te puede ayudar a suavizar la piel, a quitar manchas y a disimular cicatrices. Por las noches, pasa un limón por el área y deja el jugo 5 minutos para que actúe. Enjuaga y aplica una crema humectante.

Bicarbonato de sodio
Mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio con agua hasta crear una pasta. Aplícalo en las axilas con ligeros masajes, dos veces por día. Esta pasta actúa como un ligero exfoliante, lo que te ayudará a eliminar células muertas.

Leche
Mezcla leche entera o en polvo con miel y jugo de limón hasta formar una crema, déjalo actuar por unos 20 minutos y enjuaga correctamente. La leche contiene ácido láctico, que le da a la piel una ligera exfoliación mientras humecta.

Por Beauty Team

Llevar una alimentación saludable no quiere decir ir al súper y comprar todos los productos light que te encuentras por el pasillo. Además de que no son tan bajos en calorías como prometen, no son la opción más saludable.

¿Qué es un producto light?

Se les llama así por ser bajos en grasa o azúcares, es decir, durante la producción se le reduce la porción total o parcial de las estos ingredientes. Sin embargo, para que el sabor no cambie y sea lo más parecido al original se le agregan los llamados “aditivos”, que modifican sus características (sabor, color, olor, textura) o extienden su fecha de caducidad.

Es más importante fijarse en la calidad del alimento y el número de ingredientes que contiene (a más ingredientes y procesos, menor salud) que en las calorías que aporta.

Si te encanta comprar todo light o eres víctima de los “productos milagrosos”, ¡fíjate bien! Aunque digan al frente que no tienen grasas, que son de “origen natural”, sin azúcar agregada o que súper integrales, al momento de darle vuelta al empaque y leer la etiqueta nutrimental vas a ver que de saludables no tienen ni la s.

Los primeros tres ingredientes del producto son los que abarcan el mayor porcentaje. Si entre esos ingredientes están el azúcar, las grasas o de plano no conoces la mayoría de ellos y son impronunciables, evita comprar ese producto.

Recuerda que no por llenarte de productos light vas a bajar de peso, siempre será mejor seguir un estilo de vida saludable y equilibrado, haciendo ejercicio y escogiendo lo natural siempre.

Dra. Julia Salinas Dücker
Médico especialista en Nutrición

Muchas veces tenemos tanta prisa que se nos olvida hasta tomar agua. Deshidratarte no es bueno, tu cuerpo necesita agua para prácticamente todos los procesos y actividades que lleva a cabo durante el día. Es como quitarle una fuente de vida muy importante. Tener sed es el síntoma más obvio de que te urge tomar agua, pero hay otros menos obvios que también pueden indicar deshidratación.

Estos son los más comunes:

• Te duele la cabeza

Durante el día pierdes líquidos y sales minerales, los vas consumiendo para vivir y para hacer cosas. Si no los repones tomando agua, el volumen de la sangre cae y disminuye la cantidad de oxígeno que llega al cerebro. Esto se convierte en un dolor de cabeza. O sea que, antes de tomarte medicinas, prueba hidratándote porque podría ser la solución.

• Estás cansada

Cuando disminuye la cantidad de oxígeno que le llega a tu cuerpo (como consecuencia de la falta de líquidos), los nervios y los músculos se empiezan a apagar para guardar reservas. El cuerpo es súper inteligente, y se protege para sobrevivir más tiempo sin que le des agua. Por eso te hace sentir cansada.

• La piel pierde elasticidad

La piel tiene capacidad para estirarse, pero cuando lo hace, necesita rellenar los espacios que se hacen grandes, si no se rompe. Para rellenarlos necesita agua. Si te deshidratas, haces que la piel se rompa, que se vea opaca y que se seque.

• Aumentan los antojos

Probablemente sientes que te mueres de hambre y te podrías comer lo que sea, y lo que pasa es que no has tomado agua. Antes de comerte el pastel completo, toma agua y espera a que pasen 15 minutos, seguramente se te quita.

• Estás estreñida

Para que tu digestión funcione ordenadamente necesitas estar bien hidratada. El colon absorbe muchísima agua para procesar todo. Si no le das lo suficiente al sistema digestivo, probablemente te quedes estreñida muchos días.

Toma dos litros de agua al día. Ponle sabor para que se te haga más agradable y deja que tu cuerpo funcione como debe.

Si estás buscando algo refrescante y que te dé energía entonces necesitas empezar a tomar este té verde frío que además le dará un boost al  metabolismo. Ponle limón para incrementar los poderes de los antioxidantes del té verde, además es mucho más refrescante.

Puedes tomar la cantidad que quieras, solo acuérdate que tiene cafeína y si eres de las que no puede dormir deja de tomarlo a las 6 de la tarde.

Ingredientes

1 bolsa de té verde
El jugo de ½ limón
½ cucharada de miel de agave
Hielo
Rodajas de pepino u hojas de menta (opcional)

Preparación

Pon a hervir 1 ½ tazas de agua, retira del fuego y pon la bolsa del té. Deja reposar por 3 minutos y retírala. Agrega el jugo del limón y la miel de agave (o el endulzante que prefieras). Ponle hielo y ¡listo!

Esta receta es para una porción, si quieres una jarra multiplica todos los ingredientes por tres.